viernes, 18 de julio de 2014

Aragón crea un sello de calidad para el vino fabricado de forma sostenible


El Centro de Investigación de Recursos y Consumos Energéticos (CIRCE) de la Universidad de Zaragoza ha propuesto la creación de un sello de calidad para el vino fabricado de forma sostenible, tras el estudio de mercado que ha realizado en el sector vitivinícola europeo. Una iniciativa que forma parte del proyecto Eco-ProWine, coordinado por CIRCE, y en el que participan Austria, Bulgaria, España, Grecia, Italia y Portugal.
El objetivo del proyecto Eco-ProWine es mejorar la eficiencia energética en todas las etapas del proceso de producción. De este modo, se minimizará el impacto ambiental de su fabricación mediante la reducción del consumo agua en un 30 %, de materias primas como los fertilizantes en un 25 %, y de la generación de residuos y emisiones de CO2, en un 40 % y un 20% respectivamente.
Además, CIRCE ha realizado un estudio de mercado en los seis países de la Unión Europea que participan en el proyecto para conocer la opinión de los consumidores, expertos y productores de vino sobre un etiquetado que refleje el grado de sostenibilidad de su proceso de fabricación.

Los resultados reflejan que, a pesar del vacío de información sobre viticultura y vino sostenible, existe una importante disposición positiva por parte de los consumidores a la sostenibilidad en este sector. De hecho, de los cerca de 1000 encuestados, más del 90 % han manifestado un gran interés en que los productos del sector vitivinícola incorporen un sello que garantice los esfuerzos de los productores por mejorar la sostenibilidad de sus vinos.
A partir de este estudio Eco-ProWine propondrá una etiqueta a nivel europeo, a utilizar por los fabricantes de vino que cumplan unos requisitos medioambientales, y que indicará su participación en un programa de sostenibilidad. De este modo las bodegas involucradas conseguirán importantes ahorros económicos a la vez que un producto diferenciado y más respetuoso con el medioambiente, sin que la calidad de éste se vea alterada.
El proyecto Eco-ProWine, cofinanciado por la Comisión Europea, nació en 2012 con el objetivo de reducir el impacto medioambiental en la producción del vino. Actualmente el proyecto ya ha realizado un primer análisis del proceso de producción en las 105 bodegas participantes, identificando en cada una de ellas los puntos críticos en términos económicos, sociales y medioambientales (consumo energético, emisiones de CO2, generación de residuos...).
Estos análisis han permitido desarrollar la primera base de datos con información del sector vitivinícola en Europa, así como de los impactos medioambientales de cada fase del proceso de producción. Los resultados han revelado que los consumos de vidrio en embotellado, gasoil, electricidad y de cartón para embalaje son los factores que tienen mayor influencia en las emisiones de gases de efecto invernadero.
Por otro lado, Eco-ProWine ha desarrollado una herramienta online que permite, a partir de información proporcionada por las bodegas, evaluar los impactos medioambientales de los procesos, ofreciendo un conjunto de buenas prácticas aplicables a aquellas fases que tienen mayor efecto en el indicador global de sostenibilidad.


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