sábado, 12 de julio de 2014

Agridulces uvas

[Artículo publicado por el director de GASTRO ARAGÓN en EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, del viernes, 11 de julio]

Mientras el Gobierno de Rajoy –ese señor que gritaba desde la oposición «¡Viva el vino!»− mantiene su borrador de anteproyecto de ley de Prevención del Consumo de Bebidas Alcohólicas por Menores, quedan motivos para la esperanza.
Es cierto que todo el sector, desde las organizaciones agrarias hasta las interprofesionales, se han rebelado contra un texto que criminaliza el vino, equiparándolo a otras bebidas alcohólicas, con las que poco tiene que ver. Pues resulta muy difícil llegar al coma etílico a través del vino, contrariamente a otros destilados de los que nuestro país es campeón en consumo por persona.
Y sigue descendiendo el consumo de vino, un sector que facturó en 2013 casi 4500 millones, con los puestos de trabajo que ello conlleva. Pero que, además, fija la población y crea riqueza en el medio rural; contribuye a absorber el nocivo CO2, tarea por la que pagamos a otros países, como Polonia; y, sobre todo, supone una forma de vida y una cultura a la que no debemos –ni podemos− renunciar.
Agrias noticias, que tienen su afortunado contrapunto en Las uvas dulces, esas mismas que cantaba ayer Mª José Hernández en el teatro Principal donde, también ayer y no por casualidad, se presentaba el germen de lo que será el movimiento Slowine aragonés. De la mano de Slow Food, su presidente en Zaragoza, Jorge Hernández recalcó la necesidad de recuperar todo el mundo cultural inherente al vino y atraer al mismo a los jóvenes. Pues, una vez más, en España caminamos a traspiés y mientras en el resto del mundo el consumo moderado del vino es una costumbre generalizada entre quienes tienen lejanas las canas, aquí se imponen los gin-tonics. Y planteó precisamente lo medioambiental como una estrategia para recuperarlos.

Entre todos hemos conseguido ritualizar el vino en exceso, alejándolo de la convivialidad, la fiesta y la alegría, que son su sentido primigenio. Perdamos, pues, tanta afectación y nos dediquemos a paladearlo, en copa de lujo, si se quiere, pero también en vaso y con gaseosa.

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