RESTAURANTES: Delicadeza y sensibilidad

[Artículo publicado por el director de GASTRO ARAGÓN en EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, del viernes, 10 de julio]

El restaurante Cancookha alcanzado su velocidad de crucero; y acelera

 

Daniel y Ramcés, dos personalidades complementarias 

a la hora de llevar el restaurante. Gabi Orte / chilindron.es

Delicadeza y sensibilidad a la hora de presentar los platos.Gabi Orte / chilindron.es

J.M.M.U.
Según dicen los psicólogos, es en los dos primeros años de vida cuando se definen las características de la personalidad de una persona. Cuando se atrapan los conceptos, las rutinas y las actitudes que, más o menos, estarán presentes en toda la vida posterior. Si aplicamos tal doctrina a un restaurante, salvando las distancias, podemos afirmar que el zaragozano restaurante Cancook ya ha afirmado su personalidad.

Y para bien, que de lo contrario omitiríamos este comentario. El dúo Diego Millán y Ramcés González, el primero en la sala y el segundo al frente de la cocina, ha definido ya lo que será su oferta, presente y futura, el ADN de este restaurante llamado a ubicarse entre los más interesantes de nuestra región. Y prometen, porque son así, seguir evolucionando para mayor placer de la clientela.

Estamos ante un establecimiento de corte radicalmente contemporáneo. Diminuto para atender a todos con la misma donosura; plagado de detalles que convierten cada servicio, aunque sea el menú, en inolvidable; tranquilo y reposado; con una cocina que prima el producto, que sabe de la tradición, pero no olvida las nuevas técnicas, ni los productos de un mundo globalizado. Ni las últimas tendencias como el vermú, la coctelería o los vinos dulces.

Y como ya pueden, han optado por servir simplemente dos menús. El de temporada, por 18 euros, sin bebida, con varias opciones. Por ejemplo, estos días se puede disfrutar de Crema de patata y trufa de verano con huevo poché, Panceta ibérica glaceada con cerezas y ganaché de chocolate con praliné de avellanas y helado de vainilla. ¿Quién da más?

Pero lo suyo es dejarse guiar por el degustación, 35 euros muy bien invertidos. Tras unos sorprendentes snacks y aperitivos, llegan cinco platos, repletos de sensibilidad ante los productos y una profunda delicadeza en la ejecución técnica. Vean, sí no. Ensalada de tomates, albahaca, sorbete de tomate rosa, fresca explosión de sabores complementarios; Ostra flambeada con cointreau, mantequilla y naranja, el mar de otra manera; Pulpo asado con patata y trufa de verano, clasicismo con guiños a la tierra; Bacalao, emulsión verde, y royal de foie, un mar y montaña diferente; Panceta ibérica glaseada con yogur y cerezas, delicioso pecado; y dos postres, una divertida evocación del petit suisse  y una combinación de chocolate, fruta de la pasión, helado de vainilla, que culminan perfectamente un menú diseñado con excelente y medido ritmo. Todo ello perfectamente dosificado, con profusión de sabores, sutiles y nada agresivos; la fórmula ideal para adentrar a cualquier neófito en la alta cocina y contentar también a los paladares más entrenados.

A ello hay que sumar una bodega en construcción, que busca salirse de los caminos trillados y mima los vermús, los vinos dulces y las propuestas diferentes, a unos precios razonables. Una excelente música de fondo y mesas separadas, para disfrutar del menú en compañía y con la suficiente intimidad.

Irán todavía a más. Son jóvenes y con ganas de aprender, viajan, se fijan, asumen lo que les interesa y asimilan el resto. Poseen todos los mimbres para estar entre los más grandes, pero ya merecen más de una visita. Avisados quedan.

Restaurante Cancook

Moneva, 6. Zaragoza. 976 239 516. Cierra domingo y lunes noche. De 13.30 a 15.30 y de 21 a 23 horas. Menú de temporada: 18 euros, con vino y agua; 20 euros, noches y fines de semana, sin bebida. Menú degustación: 35 euros, sin bebida. Buen acceso discapacitados. Admiten tarjetas y reservas.