Rumores

[Artículo publicado por el director de GASTRO ARAGÓN en EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, del viernes, 18 de enero]

Ya pasó en la crisis de los noventa, pero parece que vuelve con fuerza. Que para eso estamos en crisis. El que suscribe, por razones obvias, lo sufre con más intensidad. ¿Vamos a cenar a Casa Fulanito?, propone uno. «Si está cerrado desde hace un mes», le responde el sabidillo de siempre, y sin embargo amigo. Llama uno por teléfono, reserva sin mayores problemas esa mesa para cuatro y todavía tiene que aguantar la

mirada del listillo, que parece pensar que el cerrado restaurante lo abren esta noche simplemente para fastidiarle.

Resulta que la restauración, como la mayoría del comercio, se basa en la confianza mutua, la del que vende y la del que compra. Pero parecen haber vuelto las prácticas desleales que consisten en circular rumores, que siempre queda algo. Y si en los noventa, aquello se limitaba a los cotilleos en el bar, hoy, con las redes sociales, el efecto se multiplica hasta efectos letales.

Pues hay negocios, como las bodas o los banquetes, que se suelen contratar con mucha antelación. Si comenzamos a propagar que Banquetes Fulanito cierra, o va a cerrar, o tiene problemas, o no paga a sus proveedores, nadie se atreverá a contratar un evento para dentro de seis meses. Por si acaso. Y podría darse la paradoja de que, efectivamente, Fulanito tenga que cerrar al tiempo, dando razón a quien levantó la falsa noticia.

Es cierto que hay restaurantes en crisis, que muchos tendrán que cerrar a lo largo de este año que también se prevé funesto. Que bastantes cerrarán más días por descanso semanal o no abrirán por las noches. Es lo que hay. Pero que quienes se están readecuando, reinventando, precisamente para subsistir, tengan que sufrir estos bulos, se antoja lamentable.

Y quienes nos dedicamos a escribir de restaurantes necesitamos, obviamente, que los haya, que vendan platos y menús. Así que no se crean nada: llamen y reserven, digan lo que digan los que todo lo saben.