sábado, 28 de abril de 2012

Rumores


[Artículo publicado por el director de GASTRO ARAGÓN en EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, del viernes, 27 de abril]
En los buenos tiempos de la hostelería, que los hubo y no hace mucho, los rumores eran pan de cada día. Especialmente centrados en los restaurantes de banquetes, pues dado que las bodas se contrataban con hasta años de antelación, difundir maliciosamente que un establecimiento tenía problemas no era una excepción.

Parece que, con la situación actual, vuelven los sediciosos rumores. Que si fulanito abre otro local para escapar de la ruina; que si menganito ha cerrado o que zutanito no paga a sus proveedores, con que a saber qué ofrecerá en su carta.
Lo grave, con serlo, no son las maledicencias. Lo peor del asunto es que el personal las difunde y se las cree, quizá inconscientemente, quizá por placer, sin molestarse en una simple llamada telefónica o un vistazo a las redes sociales. ¡Total! Me voy a cenar a otro. Pero, atontao, si querías ir al primero.
En el fondo, lo que subyace es la (in)capacidad de la hostelería para sumarse a la era de la información. Las páginas webs y la presencia en las redes se antojan hoy imprescindibles, especialmente en un sector donde domina la compra impulso. Para una boda sí se medita, se busca y se compara, pero para salir a cenar o tapear con los amigos basta con una consulta en cualquier pantalla, del ordenador o del teléfono.
Y allí falla, estrepitosamente, nuestra hostelería, pues no suele estar enredada. Webs no ya feas, sino sin actualizar. Leer como sugerencia una sopa fría el mes pasado no parece una buena promoción de un restaurante, lo mismo que presumir de la participación en un concurso de tapas que se celebró hace meses. Y, al menos de momento, los correos electrónicos son gratuitos.
Sí, lo propio del cocinero es cocinar, y lo del camarero, servir. Pero ante el descenso de clientes solamente sobrevivirá quien se trabaje todos los elementos de difusión de su negocio. Y los tiempos del hombre anuncio paseando por la calle desaparecieron hace mucho.

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