sábado, 22 de diciembre de 2012

Pues no


[Artículo publicado por el director de GASTRO ARAGÓN en EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, del viernes, 21 de diciembre]

Si está leyendo esto, como espero, que para eso se escribe, habrá comprobado que el mundo no se ha acabado. No es que los mayas se equivocaron, simplemente se cansaron de contar, o ya no les quedaba más piedra para seguir con su calendario. O intuyeron la que caería a principios de siglo y se regocijaron en enredar a futuro.
Así que aún nos queda un día para soñar con la lotería y seguir discutiendo sobre las comidas navideñas. Aunque la mayoría ya tendrá diseñados y comprados los menús, quizá a la espera de completarlo con un pellizco de suerte, no serán pocos los que improvisen a última hora. Pagando más por su pereza y resignándose a encontrar lo que quede en los comercios.
Es lo que tiene no planificar. De ahí, por ejemplo, la ingente cantidad de alimentos que todavía seguimos derrochando, unos 63 kilos anuales de comida en buen estado, por aragonés y año. Vale que en los buenos tiempos nos malacostumbraron y modificamos nuestros hábitos. Olvidamos comprar a granel, optando por monodosis, embandejados, preparados industriales, etc. Comodidad, sí, pero hay que pagarla y los tiempos no son los más adecuados.
Ahora que, lamentablemente, varios millones de personas disponen de tiempo más que suficiente, hemos olvidado cómo se hacen las conservas caseras, a embotar tomate, a cocinar legumbres a fuego lento o a aprovechar los restos del asado, para convertirlos en deliciosas croquetas.
El planeta produce alimentos más que necesarios para nutrir a toda la humanidad, pero están mal distribuidos. Y ahora tenemos una oportunidad de reinventarnos desde la crisis, convertirnos en consumidores activos —coproductores, en la terminología de Slow Food—, redescubrir la cocina, aliada con la tecnología, y considerarla, además, como placer y ocio.
Está en nuestras manos cambiar el sistema alimentario. De lo contrario, más tarde o más temprano, y sin fecha fija, los mayas habrán tenido razón.

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