sábado, 9 de marzo de 2013

Cocinar


[Artículo publicado por el director de GASTRO ARAGÓN en EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, del viernes, 8 de marzo]

La cadena de transmisión tradicional culinaria —diga coquinaria, si quiere pasar por ilustrado— ha muerto. Las madres ya no explican a sus hijas la forma de cocinar, y las cocinas públicas tampoco son ese reducto masculino, donde el chef, generalmente entre efluvios etílicos y en los sótanos del restaurante, imponía sus normas a unos asustados subalternos. Queda, eso sí, el reducto festivo y lúdico donde aficionados entusiastas nos amenazan con sus especialidades, pocas, resueltas con más voluntad que eficacia. Pero nada es como antes: ni nuestra vida y trabajo —el que lo tenga—, ni los instrumentos, ni esa presencia constante, a través de la publicidad, de la industria alimentaria.
Desaparecido, pues, el paradigma, el panorama es incierto. En la mayoría de los hogares la cocina es una estancia superflua, donde se acude a descongelar, aprovechar el microondas o regenerar comida industrial preparada. Sin embargo, y paralelamente, guisar se está convirtiendo en una actividad de ocio. En una especie de bricolaje que, con mucha fortuna, produce más satisfacciones que ensamblar una mesa sin que quede coja.
De suerte que los cursos de cocina, una actividad creciente, se están configurando como una oferta más de ocio. Una posibilidad de aprender técnicas, pero también conocimiento para presumir ante los cuñados. O, en el peor de los casos, una sesión para saber elaborar determinado plato, y no otro, u ocasión para el ligue entre maduritos solitarios.
Uno no sabe posicionarse ante el fenómeno. Es bueno, por supuesto, aprender a alimentarse, a disfrutar ante la mesa, conocer todo lo que supone la amplia cadena alimentaria, desde cómo se elabora el producto, hasta sus consecuencias para la salud. Mas es malo convertirlo en simple ocio o placer, porque supone una dejación de nuestra soberanía personal a la hora de nutrirnos, de subsistir, delegando en otros que nos alimenten.
Ustedes mismos.

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