sábado, 29 de junio de 2013

Los tributos

[Artículo publicado por el director de GASTRO ARAGÓN en EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, del viernes, 28 de junio]

Un hostelero escribe en las redes: «Se comenta que la Agencia Tributaria va a ejecutar a Messi en el restaurante de Sergi Arola y después les van a regalar el establecimiento (libre de tasas) al Urdangarín y la Cris». Una pequeña muestra del malestar en el sector ante el precinto del restaurante del mediático cocinero, debido a sus numerosas deudas con Hacienda.
Vaya por delante que los restaurantes, y bares en general, sufren un poderoso acoso de la administración. Muchas normativas absurdas de imposible aplicación —no es lo mismo un complejo de banquetes que una casa de comidas de seis mesas—, inspecciones sin sentido, tener que ocuparse del control de los fumadores esquivos, los diversos impuestos, la propia incompetencia de muchos clientes. Y, naturalmente, la crisis, que ha impuesto un cambio de modelo que muchos profesionales todavía no comprenden.
Pero también es cierto que el sector soporta bastante economía sumergida; que el iva, muchas veces, no es más que una palabra; que los convenios se aplican de manera más conveniente para bastantes empresarios; que hay profesionales que engañan con el género…
Antes del crack la cosa se iba soportando, mal que bien. Cada parte, administración y sector, asumía sus carencias, pero unos cobraban y «controlaban» la actividad desde todos los puntos de vista; y otros se ganaban la vida, unos pocos, en demasía, dada su oferta.
Mas Hacienda quiere pasta y no sale a buscarla a otros paraísos, sino a los de la convivencia y el placer gastronómico. Y si hay que dar de comer a la familia, los tributos pueden esperar, como le ha debido suceder a Arola.
Hay que cumplir las normas, incluso cuando se está trabajando por cambiarlas. Pero el sector debe también unirse y ejercer su capacidad de presión. En otras comunidades ya lo hacen y por eso las regulaciones son tan diversas en los diferentes puntos de España.

Pero trampas, o trampillas, las justas, que juegan con el dinero de todos.

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