sábado, 1 de noviembre de 2014

Solidarios

[Artículo publicado por el director de GASTRO ARAGÓN en EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, del viernes, 1  de noviembre]

Cada vez son más los actos y eventos solidarios que se celebran en estas fechas previas a las navidades, muchos de ellos relacionados con la gastronomía. Pero mientras algunos mantienen ese aire al clásico berlanguiano de «siente un pobre en su mesa», más relacionados con la caridad que con la solidaridad, otros han sabido evolucionar.
Es el caso del vino de la Amistad, presentado el pasado miércoles, y cuyos fondos van destinados a sostener proyectos de Atades, como Gardeniers, ese centro especial de empleo que ocupa a 22 discapacitados atareados en cultivar hortalizas ecológicas. Que no es ni el único, ni el primero en Aragón, pero sí el más temprano a la hora de hacerse público.
Obviamente, la bodega que ha suministrado y embotellado el vino, Enate –un goloso tempranillo 2013−, se comporta en sus tarifas, mientras que la pintora Eva Armisén, por cierto la primera artista becada de la bodega, ha donado el cuadro que ejerce de etiqueta.
Y no menos obviamente, aquellos ciudadanos y empresas que adquieran este vino para sus regalos navideños, o simplemente para disfrutarlo, saben que abonan un sobreprecio perfectamente justificado dados sus fines. Que tampoco es mucho, caja de seis botellas por 28 euros.
Un buen ejemplo de solidaridad bien entendida. «Yo esfuerzo un poco más mi bolsillo, porque sé que ese dinero tendrá un buen destino». Especialmente cuando se dedica a enseñar a pescar y no a regalar un bocadillo.
Ahora solamente falta que extendamos este tipo de solidaridad a todos nuestros actos de consumo, y no solamente en las ‘entrañables’ fechas. Por ejemplo, comprar las hortalizas a nuestros vecinos y no a multinacionales instaladas lejos de nuestras casas, aunque puedan costar –dudosos si contabilizáramos daños al medio ambiente, CO2 y demás aspectos−; recorrerse el pequeño comercio, cuyos impuestos se quedan aquí y no emigran a Irlanda, por ejemplo; O consumir en establecimientos que abonen religiosamente las nóminas a sus trabajadores, por supuesto en A.

Pequeños gestos, que no arruinan a nadie, pero que probablemente son capaces de salvar a un país, especialmente en momentos como este.

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