sábado, 13 de junio de 2015

Oculto tratado

 [Artículo publicado por el director de GASTRO ARAGÓN en EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, del viernes, 12 de junio]

Mientras aquí, en España, seguimos con nuestros pactos –la mayoría se sustancian mañana−, más o menos jaleados según los intereses de los grupos mediáticos, en Bruselas se está discutiendo, de tapadillo, sobre algo que sí va a determinar sustancialmente nuestras vidas. Entiéndase que quién gobierne ayuntamientos y autonomías también, pero no impidamos que los árboles oculten el bosque.
Escribimos acerca de las negociaciones sobre el Acuerdo transatlántico para el comercio y la inversión, más conocido como TTIP, desarrolladas dentro de un secretismo que, si por sí solo ya resulta preocupante, se convierte en alarmante al comprobar de qué se trata. Y directamente en una hipoteca para nuestro futuro como ciudadanos libres e informados, ya que tanto los populares como los socialistas europeos parecen estar por asumir la línea propuesta por los estadounidenses.
El fondo del asunto consiste en liberalizar las normativas europeas, de forma que los productos del otro lado del Atlántico tengan más fácil acceso a nuestros mercados. Y se supone que al revés y viceversa. Pero allí a las vacas les ponen antibióticos, que llegan al estómago del americanito medio; no advierten de la existencia de transgénicos en los alimentos; y, en general, se supeditan más a los intereses de la gran industria alimentaria, a pesar de los aparentemente estrictos controles de la poderosa FDA −Food and Drug Administration; Agencia de alimentos y medicamentos−.
Entre otros aspectos, el TTIP puede conllevar pérdidas de derechos laborales y salariales; olvido del principio de precaución al introducir nuevos productos y alimentos; privatizacion de servicios públicos y de la justicia; eliminación de reglas sobre el sistema financiero –allá más estricto, por cierto−; modificación, a la baja, de diferentes normas y aranceles…

Y, lo más importante, una vez aprobado por Bruselas y ratificado por los parlamentos de cada Estado –pero sin posibilidad de enmiendas− será de obligado cumplimiento y muy complicada reforma. Y mientras tanto…

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