domingo, 29 de enero de 2012

Los ecologistas denuncian el apoyo manifiesto del nuevo gobierno a la industria de los transgénicos


Aragón produce mucho maíz transgénico.

El nuevo Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAAMA) se estrena organizando unas jornadas sobre los cultivos transgénicos junto con los principales grupos de presión del sector: la Fundación Antama y la Embajada de EEUU en España. Para Amigos de la Tierra y Greenpeace, actos como este demuestran la connivencia manifiesta de España con los intereses de EEUU y sus multinacionales biotecnológicas, en un momento en el que empresas como BASF asumen el fracaso de los cultivos transgénicos en Europa.

La jornada Biotecnología y su Contribución a una Agricultura Sostenible está organizada por el propio Ministerio, que la acoge en su sede, el Departamento de Agricultura de EEUU y la autodenominada Plataforma Tecnológica de Agricultura Sostenible, que agrupa a toda la agroindustria, desde productores de fertilizantes al lobby semillero. La jornada cuenta con el patrocinio de la Fundación Antama, una de las agencias de presión y propaganda de las multinacionales de los transgénicos en España.
«Antes teníamos que esperar a las filtraciones de los cables de Wikileaks para confirmar el papel servil que juega el Gobierno de España para introducir cultivos transgénicos en la Unión Europea, a mayor beneficio de EEUU y sus multinacionales. Este nuevo Gobierno ya no intenta ni disimular», ha declarado Blanca González Ruibal de Amigos de la Tierra.
España es el único país de la Unión Europea que cultiva transgénicos a gran escala, con cerca de 100.000 hectáreas de maíz MON810 en 2011, según datos de la industria que el Ministerio da por buenos. Por contra, las principales potencias agrarias europeas como Francia o Alemania han prohibido los cultivos transgénicos en su territorio. Pese a tener más de la mitad de la población española en contra y con sus impactos socioeconómicos en España más que demostrados, el Gobierno anterior promovió los transgénicos siguiendo las instrucciones de la Embajada estadounidense en España y la industria, como aseguraban los cables publicados por Wikileaks.
«Se espera de un Gobierno que articule y fomente el debate social sobre el modelo de agricultura y el uso de cultivos transgénicos. Lo que no es tolerable es que tome partido a favor de los intereses de la industria, haciéndole el juego a multinacionales como Monsanto», ha añadido Luis Ferreirim de Greenpeace.
La semana pasada la multinacional química BASF anunció que renunciaba a introducir transgénicos en el mercado europeo por la fuerte oposición social. Deja también de comercializar su patata transgénica Amflora, uno de los dos cultivos aprobado en la UE, que en las dos temporadas de siembra que ha estado aprobada, ha supuesto uno de los mayores fracasos de la industria. Hace pocos días, también Monsanto anunció su renuncia a vender semillas transgénicas en Francia.
Amigos de la Tierra y Greenpeace lamentan que mientras en el resto de Europa hay una apuesta clara por una agricultura libre de transgénicos, y las multinacionales están en retirada, el Gobierno español parece que quiere convertir a España en el refugio de la industria de los transgénicos. La sociedad civil no le va a permitir al nuevo ministro que nos mantenga como campo de experimentación de las multinacionales.

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