En respuesta al documento de trabajo del borrador de
anteproyecto de Ley de Prevención del Consumo de Bebidas Alcohólicas por
Menores y sus Efectos que prepara el Ministerio de Sanidad y que plantea
la necesidad de prevenir el consumo de alcohol entre menores de edad, la
Federación Española del Vino (FEV) quiere manifestar su coincidencia con el fin
último que se persigue, aunque discrepa profundamente de las medidas que se
proponen para alcanzar dicho fin.
Por su parte, Cooperativas Agro-alimentarias de España también
comparte el fin último del Anteproyecto, pero considera que las medidas
planteadas son absolutamente desproporcionadas e ineficaces, y atentan contra
la libertad individual de los adultos que cada día consumen vino de manera
moderada
Para la FEV, las medidas que se proponen en el documento son
absolutamente desproporcionadas e ineficaces en relación al objeto planteado y
atentan directamente contra la libertad individual de los adultos que cada día
consumen vino de manera moderada y con unas pautas de consumo que contienen
elementos positivos para una política de salud pública y de educación.
El problema no es de productos sino de conductas y,
por ello, una estrategia basada en la prohibición y en la demonización y
marginación del producto no conduce a nada y está lejos de las que deberían ser
las verdaderas prioridades de las autoridades: la educación y la prevención.
Y precisamente en materia de prevención y educación el
sector del vino lleva años desarrollando una importante labor, desarrollando e
implementando en España el programa europeo Wine
in Moderation, que promueve y defiende el consumo responsable de vino como
una norma sociocultural, con el objetivo de prevenir y reducir el abuso y los
daños colaterales relacionados con el consumo de alcohol.
La ley de la Vila y
el Vino
Desde la Federación se quiere señalar también que el
documento entra en total contradicción con la Ley de la Viña y el Vino aprobada
por el Parlamento Español en 2003. En ella se define al vino como un alimento y
se reconoce la posibilidad de promocionar el fomento del consumo moderado y
responsable de vino en el ámbito de la Dieta Mediterránea, algo que ahora se
pretende restringir.
Tampoco se puede obviar el dramático descenso del consumo de
vino en nuestro país de más de un 40 % en los últimos 30 años, situando a
España como uno de los últimos países europeos en cuanto a consumo per cápita
se refiere. Un dato que contrasta con el aumento de los problemas derivados del
alcohol en jóvenes en el mismo periodo, lo cual pone en evidencia que el vino
en sí mismo no es el problema y refuerza el argumento de que se trata de un
asunto que afecta a comportamientos y conductas, y no a productos.
Por lo tanto, una Ley como la que se plantea solo
contribuiría a fomentar un descenso del consumo entre la población adulta que,
en el caso del sector vitivinícola, pondría en riesgo la supervivencia de toda
una industria con un papel económico importante dentro del PIB español, en
palabras del propio presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
De hecho, con este documento, el Gobierno está incurriendo
en una profunda contradicción con sus propios planteamientos, segín las
declaraciones que hizo en 200, Mariano Rajoy:
«El vino no es una bebida peligrosa si se toma con
moderación. El vino no puede estar en una ley de bebidas peligrosas y no va a
estar porque el Partido Popular lo va a impedir».
«El vino tiene un papel económico importante dentro del PIB
español y una función social de primer orden en su contribución para fijar población
social en el mundo rural»,
«La solución no son las sanciones, las prohibiciones, el
intervencionismo y el autoritarismo sino la educación y hacer pedagogía».
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