[Artículo publicado por el director de GASTRO
ARAGÓN en EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, del viernes, 17 de enero]
Hubo un tiempo, no tan lejano, en el que el vino llegaba a
las mesas de los restaurantes en frascas o jarros. Hoy, si así se sirven, no
deja de ser una excentricidad limitada a escasos establecimientos, con la
complicidad de la clientela. Y, que uno recuerde, no hizo falta ninguna ley o
reglamento específico para conseguir tal avance: pasar de vinos innombrados
–algunos, incluso imbebibles− a vinos embotellados, que mantenían su calidad
durante el tiempo suficiente.
Justo lo contrario de lo que pasará a partir del próximo 28
de febrero, cuando será obligatorio disponer en las mesas de los restaurantes
aceiteras –se supone que de aceite de oliva− selladas e irrellenables. Una
muestra más de la actividad de estos gobiernos liberales, pero solo para los intereses de sus amigos. Se preocupan
del hipotético relleno, pero no de la
calidad o conocimiento del contenido. ¿Cuántos consumidores saben que el
denominado aceite de oliva –el normalmente utilizado− no es más que aceite no
consumible tratado químicamente, al que se aporta un chorro de aceite de oliva
virgen, este sí simple zumo de aceituna?
Y si los aceiteros están contentos, pues incrementarán sus
ventas en pequeños formatos, la hostelería no tanto, pues verá crecer, por
mucho que sea ligeramente, sus costes, asunto complicado en estos momentos.
No tiene uno clara su opinión, pero sí se extraña ante una
medida que no llega al vinagre, al pan, al surtido de azucarillos elegantemente
servidos, a la sal, al agua, etc. Productos que quizá no disfruten de grupos de
presión tan poderosos como el aceite.
Y aunque el despotismo ilustrado quizá hubiera tenido
sentido en tiempos de la transición –eso sí desde una perspectiva de
izquierdas−, no parece muy útil en estos momentos.
¿O alguien se cree que con esta medida se va a incrementar
la baja cultura aceitera del mayor productor del mundo, España? Cómo si no
hubiéramos rellenado millones de botellas de ginebra o güisqui teóricamente
inalterables.
No hay comentarios:
Publicar un comentario