AGENCIAS/EL PERIÓDICO
Jean-Luc Figueras, chef del Mercer de Barcelona, murió el miércoles en Ankara (Turquía) por una parada cardiorrespiratoria, según ha informado el restaurante que dirigía.
Figueras estaba trabajando en Turquía para dirigir un banquete, y después se encontró mal mientras cenaba con su equipo, por lo que subió a su habitación de hotel, donde le encontraron muerto.
Figueras, que cumplió 57 años el 26 de agosto, había nacido en Francia, donde se formó, pero estaba afincado en Cataluña desde había muchos años y donde había trabajado en algunos de los mejores restaurantes, y este mismo septiembre cumplía su primer año dirigiendo la propuesta gastronómica del Mercer.
Formaba parte de ese elenco de creadores gastronómicos conocedores del negocio y sobre todo del gusto de los clientes actuales. En el Mercer su estilo ha marcado con creaciones envueltas en cristal (literal), de esas que da lástima desestructurar pero que al primer bocado hacen olvidar los rubores iniciales. Y es que iniciar un ágape estiloso de Figueras con un bombón de foie-gras con chocolate blanco, seguir con una musaka aromática, complementar con pasta que atesora ostras, pie de cerdo y polenta de pasas, añadir al menú pescado de roca y cochinillo ibérico (uno tras otro) y finiquitar la fiesta con postres de nivel (chocolates habituales como protagonistas) suponen un ejemplo de esa interpretación gustativa y de texturas de un chef siempre inquieto en la batalla por deleitar con delicias y estar a la máxima altura en un mercado gastronómico catalán de primera división.
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