En los huesitos

[Artículo publicado por el director de GASTRO ARAGÓN en EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, del viernes, 3 de mayo]

Dejaremos para mejores momentos —el pasado miércoles fue el día del trabajo, que no la fiesta— opinar sobre ese extraño programa ¿gastronómico? llamado Master Chef o felicitar a los hermanos Roca por su ascenso al parnaso de los mejores restaurantes del mundo según una revista británica.

Pues nos estamos quedando en los huesos, o sin huesitos, que en Ateca viene a ser lo mismo. La multinacional Kraft, también conocida como Mondelez Internacional, actual propietaria de la antigua empresa familiar de larga trayectoria, Chocolates Hueso, ha decidido deslocalizar la fábrica donde se elaboraban estos conocidos dulces a Valladolid y a Polonia.

Algo que, además, significa la pérdida de una secular tradición chocolatera, pues el producto ultramarino entró en España a través del Monasterio de Piedra, de donde viene la pervivencia de su fabricación en la zona.

El caso es que ha decidido cerrar unas instalaciones, rentables al parecer, que ocupaban a más de cien personas en el cada vez más desolado mundo rural. Es legal, faltaría más, pero dudosamente legítimo o ético desde el punto de vista de los afectados. Que somos todos, los de Ateca, los aragoneses en general y los consumidores de Huesitos o los caramelos de menta Respirol en particular.

Como ya se ha escrito en estas páginas en muchas ocasiones, votamos cada cuatro años como ciudadanos, pero como consumidores lo hacemos todos los días. Y si nos enfadamos con los productores de Huesitos y Respirol dejándolos de comprar, quizá alguien se sensibilice en los lejanos despachos de ultramar. Pues para la mayoría de las multinacionales, los razonamientos económicos —como la deslocalización para optimizar beneficios— son muy sensibles. Y quizá evitemos que el problema se siga reproduciendo donde elaboran alguno de los productos de sus múltiples marcas: El Caserío, Saimaza, Oreo, Fontaneda, Royal, Halls, Suchard, Trident, Lu, Milka, etc.