[Artículo publicado por el director de GASTRO ARAGÓN en EL
PERIÓDICO DE ARAGÓN, del viernes, 20 de marzo]
Si para cualquier prócer dar nombre a una calle o plaza
supone uno de los mayores reconocimientos públicos, para los que nos dedicamos
a escribir de ‘cocinitas’ el mayor
«orgullo y satisfacción» reside en bautizar un plato o tapa. Tal es lo que le
ha pasado al firmante que, por una vez y sin que sirva de precedente, va a
coprotagonizar esta columna.
Pues la estrella es sin duda la cazuelita, esa denominada ‘Otra borraja, señor Urtasun’, que,
además, ha ganado el IV Certamen provincial de Huesca, elaborada por los
profesionales del restaurante Lilium, en Jaca. Además, estos insistentes chicos
ya ganaron hace poco más de dos años con otra cazuelita ‘Aquí comemos borraja
señor Urtasun’.
Quede claro que no existe relación familiar, ni contractual
con el señor Piedrafita, creador del plato, y que habrá que entender esta
reiteración a través de la borraja, que para eso uno escribió ese bestseller sobre la reina de la borraja,
que algún día se reeditará. Amén de la amistad y el respeto mutuo.
Josan Piedrahita ejemplifica como pocos la nueva gastronomía
oscense. Cocineros bien formados, generalmente propietarios de sus
establecimientos, atentos a las nuevas tecnologías y defensores de los
productos locales diferenciados. Características que les permiten resistir
hasta que la clientela –más abierta, pero dura, como toda la aragonesa−
entiende y comparte sus propuestas. Disfrutando, evidentemente.
Pues el futuro de nuestra hostelería, especialmente la
volcada haca el turismo, no está en vieiras, gambas o carrilleras, sino en
borrajas, trufa y ternasco, por ejemplo.
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