Después de cuatro años de negociaciones
para exportar alfalfa a la República Popular China, acaba de firmarse un
convenio entre los gobiernos chino y español para que 24 empresas, debidamente
acreditadas, puedan iniciar esta actividad exportadora, de las que la
mitad de esas deshidratadoras desarrollan su actividad en Aragón.
El potencial de este país asiático, al
que solo accedía hasta ahora alfalfa de empresas estadounidenses y canadienses,
y su capacidad de consumo abren unas nuevas expectativas para este producto, muy
arraigado en el campo aragonés.
Datos de la Sección de Estadística del
Departamento de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente del Gobierno de Aragón
apuntan a que las hectáreas en Aragón superan las 100 000 en las cinco últimas
campañas agrícolas. En 2009 fueron 101 529 hectáreas, con una producción que
superó los 5,7 millones de toneladas. Los últimos datos, correspondientes a la
campaña de 2012, ponen de manifiesto que la comunidad contaba con 102 511
hectáreas y que en ese año la producción había sido, sin embargo, ligeramente
inferior a la de 2009, 5,1 millones de toneladas aproximadamente.
El consumo de alfalfa en China crece a un
ritmo vertiginoso. Sus importaciones se iniciaron 2009 y avanzan en una
progresión imparable, ya que el propio Gobierno chino ha propuesto pasar de 1
700 000 vacas de leche de alta a 5 millones en 2020. Este objetivo conllevará
un aumento en la demanda de varios millones de toneladas de forraje.
Como ejemplo de la evolución de esta demanda
de forraje, cabe señalar que Estados Unidos exportó en la campaña 2013-2014
unas 850 000 toneladas, cifra que supone el 50% del total de producción
española.
Joaquín Capistrós, de la Asociación
Española de Fabricantes de Alfalfa Deshidratada (AEFA) explica que “el proceso
de homologación y firma del protocolo con el Gobierno chino ha sido largo en el
tiempo. Las primeras solicitudes se tramitaron en octubre de 2010 y hasta julio
de 2012 las industrias solicitantes a nivel nacional no superaron la auditoria
del Gobierno chino y el 24 de junio, tras casi cuatro años, se cerró el
trámite. Hay que tener en cuenta que el protocolo recoge las garantías de
seguridad alimentaria que el Gobierno chino establece para nuestra
alfalfa antes de entrar en su país”.
Este marchamo exportador no es nuevo. En
la última campaña se exportaron desde España 970 000 toneladas, el 60 % de la
producción española, una gran volumen que se repartió entre Emiratos Arabes
Unidos (65 %), Arabia Saudita (7 %), Portugal (5 %) y el resto, unas 300 000
toneladas se reparten entre unos 30 países, la mayoría de ellos ubicados en el
Arco Mediterráneo.
Dentro de esta gran capacidad productiva,
Aragón ocupa una posición privilegiada, en cabeza de las comunidades autónomas.
La alfalfa ya fue introducida por los árabes y existe, sobre todo en Zaragoza,
una gran cultura en torno a este cultivo. Intervienen, en todo caso, una serie
de cuestiones técnicas como el hecho de que la tierra, en general, es de ph
básico, muy adecuada para este cultivo. También influye la práctica ausencia de
lluvias en verano, circunstancia que hace que la alfalfa permanezca seca en el
campo y la existencia de más de 400 000 hectáreas regables en el conjunto de la
Comunidad.
Jesús Nogués, director general de Producción Agraria DEL Departamento De
Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente del Gobierno de Aragón, opina que “el
sector agrario se halla inmerso en un mercado global y este programa de
exportación a China constituye un reto estratégico para nuestro sector de forrajes
desecados. Todo ello con el objetivo de la consecución de nuevos mercados que
diversifiquen nuestra cartera de clientes, con lo que se consigue una mayor
estabilidad a medio plazo en la renta de este sector.”
La Comunidad Autónoma de Aragón cuenta
con su propio ecotipo Aragón, muy extendido también a nivel nacional, surgido
en el centro de investigación de Movera y aunque su destino está dirigido a la
alimentación de ganado tiene otras expectativas de uso relacionadas con la
alimentación humana o la actividad farmacéutica a través de sus jugos, que
contienen numerosos componentes de gran valor.
Joaquín Capistrós es de la opinión de que
hay margen de crecimiento. “Sin duda, actualmente, la capacidad utilizada en la
industria está en una media del 70 %, porcentaje que deja margen de crecimiento
si bien la base es disponer primero de más superficie de cultivo, aspecto que
en estos años últimos con los altos precios del maíz y cereales ha resultado
complicado”.
En estos momentos, Aragón produce el 55 %
del total de España, unas 900 000 toneladas, y perfectamente podríamos pasar a
transformar 1 200 000 toneladas. Es de esperar que esta nueva demanda en la
República Popular China suponga entrar en una nueva etapa de más producción y
contribuya a tener un cultivo más rentable e invertir el ciclo”. Aragón cuenta
con cerca de 80. 000 hectáreas contratadas, es decir, aquellas que cuentan con
un contrato agricultor-industrial, es decir, un documento en el que se fijan
las propias hectáreas objeto de contrato, la ubicación, la cantidad a entregar,
el precio de compra, la fecha de pago y las calidades como aspectos más
destacados.
Fuente: DGA
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