La cadena turolense de
restaurantes y tabernas Rokelín ha decidido traspasar fronteras y apostar por
un modelo de franquicias en el extranjero. Dada la gran cantidad de españoles que se
plantean buscar oportunidades fuera, les ofrece la posibilidad de instalar una
taberna con su nombre en cualquier ciudad europea de más de 50 000 habitantes.
La inversión aproximada,
según calcula Alejandro Martínez, responsable de franquicias de Rokelín, es de
50000 euros y de la obra para la adecuación del local en cualquier punto de
Europa se encarga El Corte Inglés: "Tiene que tener entre 40 y 50 metros
cuadrados y no hace falta cocina con salida de humos", puntualiza Martínez.
Un concepto de taberna española, con productos turolenses y vinos de Huesca,
para gente que busca nuevas oportunidades de negocio en el extranjero.
Esta modalidad de taberna
está orientada al autoempleo, pensada para llevarla entre dos personas y no
requiere conocimientos previos de cocina ya que la carta se compone de
embutidos y platos preparados que solo hace falta calentar en el microondas.
La cadena provee a la
taberna en cualquier punto de Europa de todos los productos de la carta —jamón,
queso, embutidos, platos preparados y vinos—, pero el franquiciado debe buscar
un proveedor de refrescos, pan y cerveza en el país donde se encuentre y pagar
a Rokelín con un 3% de las ventas mensuales.
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