[Artículo publicado por
el director de GASTRO ARAGÓN en EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, del viernes, 9 de marzo}
Tarde o
temprano tenía que estallar el conflicto. Es cierto que comenzar a trabajar a
las cuatro de la mañana suena a tiempos pasados; y que ya son habituales los
transportes refrigerados para ahuyentar el calor diurno. Pero no lo es menos
que la inmensa mayoría de detallistas tendría que abandonar su tienda,
contratar a alguien o servirse el día anterior, si quiere seguir vendiendo
frutas y hortalizas frescas.
Ciertamente,
y sirva de excepción, el firmante no tiene clara opinión acerca del conflicto
que enfrenta, en Mercazaragoza, a mayoristas y detallistas por el horario de
trabajo. Ambas partes aportan argumentos plausibles y lo cierto es que los
mercas de nuestro entorno han apostado por horarios como el nuevo. Pero son los
minoristas, los del horario tradicional, quienes mantienen la relación con los
clientes y apuestan por crear ciudad. Así que hay que mimarlos.
Deberán
encontrar una solución, a ser posible pactada. Pues el modelo de mercas es el
único que se contrapone al poder de las grandes superficies, esas que, para
ahorrar costes, hacen viajar cientos de kilómetros a nuestros alimentos
frescos, en rutas de ida y vuelta. Mercazaragoza supone, dentro del actual
modelo agroalimentario, la más aceptable apuesta por el consumo y distribución
de productos frescos de cercanía; entendiendo la elasticidad del concepto
cercanía.
Sí,
queremos seguir comprando en tiendas cercanas, a pie de calle, donde quienes
atienden poseen nombres y apellidos sin necesidad de tarjetitas, y conocen
nuestros gustos. Y para ello, las transacciones en Mercazaragoza resultan
imprescindibles para abastecer las despensas urbanas.
Sin que
ello, por supuesto, signifique olvidar otras alternativas crecientes, como los
mercados agroecológicos, las cooperativas de consumidores, las cestas vegetales
a través de internet, todavía minoritarias.
Pacten,
por favor, por el bien de la mayoría.
No hay comentarios:
Publicar un comentario