A partir del 1 de enero de 2013,
las explotaciones porcinas de Aragón tendrán que estar adaptadas a la normativa
europea de Bienestar Animal, que conlleva una transformación estructural
importante de las mismas. La superficie donde se instalan los animales deberá
ampliarse para cumplir con las nuevas exigencias, dado que se pasa de
alojamientos individuales a colectivos.
Se busca proteger a los cerdos en
las explotaciones ganaderas, regenerar el entorno en el que viven para que se
desarrollen en las mejores condiciones sanitarias y de bienestar posibles, a
fin de evitar sufrimientos e incomodidades excesivas en los modernos sistemas
de explotación.
Pero en determinadas comarcas de
Aragón localizadas en zonas desfavorecidas de montaña, hay explotaciones de
tamaño reducido que para adaptarse a la nueva normativa precisan bajar sus
censos o incrementar las actuales superficies de las que disponen. Por ello las
explotaciones porcinas podrán solicitar ampliaciones de capacidad, si reúnen
algunos requisitos como que la capacidad de la explotación tras la
ampliación no supere unos límites fijados y que esté ubicada en un municipio
incluido en alguna de las zonas desfavorecidas de montaña y que además no pertenezcan
al grupo de municipios declarados con sobre carga ganadera.
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