Los sistemas de riego modernizados, caracterizados por un menor consumo
de agua pero también un mayor gasto energético, están presentes ya en el 45 %
de la superficie total de regadío en Aragón, lo que representa una extensión de
casi 173 200 hectáreas, según datos del Ministerio de Agricultura recogidos por
la Federación Nacional de Comunidades de Regantes (FENACORE). En el conjunto de
España, estos sistemas alcanzan el 70 %, más de 2,4 millones de hectáreas.
Esta transformación, ha permitido
el ahorro de 1925 hectómetros cúbicos anuales de agua en el conjunto del país
gracias a unos sistemas de riego modernos que la distribuyen a través de
goteros (riego localizado) o tuberías a alta presión (aspersión y automotriz)
en lugar de inundar las parcelas como hacen los mecanismos por gravedad,
consiguiendo una gestión más eficiente de los recursos hídricos.
Distribución de las
superficie regada en Aragón por tipo de riego (en hectáreas)
Tipo de Regadío
|
2011
|
% superficie
|
Gravedad
|
210.444
|
54,8
|
Aspersión
|
91.168
|
23,7
|
Automotriz
|
33.343
|
8,6
|
Localizado
|
48.658
|
12,6
|
Otros
|
7
|
0,001
|
Total Aragón
|
383.620
|
100
|
Más demandantes de
energía
Sin embargo, Fenacore recuerda
que si bien estos mecanismos de riego permiten un ahorro de agua de hasta el 20
%, lo cierto es que también precisan de mucha más electricidad para funcionar,
convirtiendo actualmente algunas de las zonas regables modernizadas en
superficies muy caras de explotar, ya que los proyectos de transformación se
calcularon en función de unos costes energéticos que en los últimos años se han
incrementado exponencialmente argumentando la necesidad de paliar el déficit
tarifario.
De hecho, en los últimos cuatro
años -desde la desaparición de las tarifas especiales para regadío- los
agricultores han visto cómo el término de potencia de su factura eléctrica
aumentaba en más de un 450%, hasta el punto de que los costes energéticos
representan ya más del 30% de los gastos totales de producción.
Según el presidente de Fenacore,
Andrés del Campo, "es paradójico e incluso irónico que la deficiente
política energética de estos años haya premiado el esfuerzo económico de la
modernización con una subida continuada de la factura de la luz. Por
descabellado que parezca si no se toman medidas tendremos que volver al riego
de gravedad, sin presión, porque el brusco aumento de los costes de producción
está restando competitividad a nuestras producciones, principalmente en las
zonas del interior con agricultura continental. Si no se actúa sobre las
tarifas, salvo que exista un incremento inesperado y sustancial en los precios
de los cultivos, se precipitará el abandono de la actividad. No podemos olvidar
que a día de hoy alrededor del 6 % de los agricultores tiene menos de 35
años".
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