[Artículo publicado por
el director de GASTRO ARAGÓN en EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, del viernes, 6 de julio]
Agitado, no batido; así pedía los
dry martini James Bond. Agitados y
abatidos están quienes deberían servírselo, si es que esta magnífica bebida no
hubiera desaparecido prácticamente de la hostelería aragonesa. Y mira que se
llegaron a hacer bien. Pero las modas van por otros lados —gin-tonic—, más ligeras y prosaicas.
Pero al grano, aunque quizá la
falta de profesionalidad que hemos sufrido en los últimos años tenga bastante
que ver con las líneas posteriores. Pues cuando prima el precio, hacia abajo,
sobre el servicio y la calidad, cualquier contingencia se convierte en problemón.
El caso es que agitados y
abatidos se encuentran los hosteleros ante los rumores de la subida del iva,
ese que debería ir incluido en el precio, lo que no siempre sucede. Y también
los consumidores, pues el precio de los alimentos también subirá, gracias a ese
incremento del 10 % o más.
Dicen, y es cierto, que en el
resto de Europa los porcentajes del iva son mayores. Pero se olvidan de dos
importantes detalles: el de siempre, que aquí cobramos —los que lo hacen— mucho
menos que nuestros compañeros del norte y este, con lo que la repercusión en
las economías domésticas es mucho mayor.
No menos importante es el segundo
detalle, la importancia económica del sector hostelero. Tanto cara al turismo
extranjero, que perderá esa conspicua competitividad, como al consumo interno,
que, una vez más, se constreñirá. Las asociaciones gremiales ya han protestado
y aportado datos más que alarmantes.
Pero lo peor es que se trata de
otro pasito, leve aunque firme, para modificar nuestros hábitos de vida, el
cafelito, el vermú, la cañita a la salida del trabajo, la celebración en
el bar o restaurante. Pues en el norte
siguen pensando que entre visita y visita al bar no trabajamos, ignorando los
datos que demuestran nuestra laboriosidad.
Y sin embargo, siguen viniendo de
vacaciones ¡Qué mala es la envidia!
No hay comentarios:
Publicar un comentario