El Gobierno francés ha pedido a la Comisión Europea (CE)
que suspenda la autorización para cultivar el maíz transgénico desarrollado por
el grupo estadounidense Monsanto (MON810) por el riesgo que asegura que supone
para el medio ambiente.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, justificó entonces
la negativa al cultivo de esa variedad de organismo genéticamente modificado
(OGM) con el argumento de que el objetivo para la agricultura francesa es la
calidad, que se sustenta en la confianza del consumidor.
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