[Artículo publicado
por el director de GASTRO ARAGÓN en EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, del viernes, 22 de mayo]
No ha sido, evidentemente, debido a estas columnas, pero lo
cierto es que los candidatos al gobierno de Aragón han introducido la
agroalimentación en sus propuestas, así como el turismo y, menos, la hostería.
Y las propuestas apenas se diferencian sobre el papel a fuer de genéricas y
previsibles, bastantes de ellas intercambiables. Otro asunto es que tengamos
memoria y sepamos qué han hecho al respecto con anterioridad.
Práctica unanimidad en el apoyo a agricultores y ganaderos,
a la agroindustria –aquí sí, con matices, ya que no es lo mismo el porcino que
las hortalizas− y a la comercialización y difusión de nuestros alimentos. Y con
más o menos énfasis todos coinciden en el papel vertebrador que el sector
primario tiene en nuestro medio rural, tanto para evitar la despoblación, como
en su faceta cuidadora del medio ambiente, de nuevo con matices. Y también
todos apoyan al turismo, ‘industria’
que no se puede deslocalizar y genera riqueza en el territorio. Por supuesto,
se ayuda a los hosteleros a los que se rebajarán los impuestos y, quizá, todo
el papeleo y burocracia que soportan.
Sin embargo si existen aspectos concretos, y reveladores,
sobre los que las diferentes propuestas políticas difieren radicalmente. Por ejemplo,
los transgénicos, que unos cuantos rechazan de plano –el futuro gobierno
aragonés podría prohibirlos en nuestro territorio−, mientras que otros lo
omiten. O propuestas para que los comedores públicos utilicen productos
locales. O apoyar a las cooperativas.
En turismo se aprecia más debate, como en la imposición de
la ecotasa turística, algo que aquí se antoja poco menos que revolucionario
mientras se aplica sin problemas en la Cataluña convergente y de derechas. O en
la unión de las estaciones de esquí.
Quizá en estos tiempos fluidos haya que fijarse más en esos
concretos detalles, para deducir con cierta posibilidad de acierto la línea de
trabajo de cada formación. Y no olvidar que suele haber bastante distancia entre
lo que se dice antes del día D y lo que se hace después. Ustedes mismos.
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