[Artículo publicado
por el director de GASTRO ARAGÓN en EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, del viernes, 17 de abril]
Como decía más o menos el cómico, «si hay que ir, se va.
Pero ir pa ná…». Pues bien, Aragón fue al Salón Gourmets, pero «pa qué». El
impersonal espacio ‘institucional’ de
la tierra noble, presidido por el lema Aragón alimentos, estaba gestionado por
la Cámara de Comercio de Huesca (¿?), donde los productores turolenses estaban
subvencionados, pero los de las otras dos provincias no. Ningún ‘jefe’ apareció por allí. Ya no la
presidenta, que debe comer poco, aunque sean vísperas electorales; ni siquiera
el consejero de Agricultura se dignó aparecer por allí, aunque el texto que
envió al catálogo de la feria fue objeto de muchos, demasiados, comentarios.
Quizá no se atrevieron. Pues el estand vecino, el de la
Diputación de Burgos –potencia económica y agroalimentaria, con más población
que Aragón y mayor superficie−, no solo era mayor, sino que contaba con una
zona de demostraciones de cocina, donde desde el punto de la mañana
promocionaban morcillas, guisos, embutidos, etc. Los de casa, gracias al arroz
Brazal sirvieron cientos de piezas de sushi aragonés, elaborados con la
variedad guadiamar –casi exclusiva de Aragón− y alegrados con embutidos del
Pirineo, pato y trufa de Teruel, olivada de Zaragoza. Gracias a la militancia
de un cocinero, Franchesko Vera, capaz de trabajar en una baldosa o, como fue
el caso, en el cuarto de los trastos. También el programa ‘Pon Aragón en tu mesa’ se preocupó por acercar a seis productores
aragoneses del mundo rural a comerciante y distribuidores.
Gotas de agua en una intensa e inmensa feria. Había más de
la tierra, pero dispersos, escondidos −¿avergonzados?−, como la sangría Lolea,
los vinos de garnacha, algunas bodegas perdidas entre otras, el distribuidor
europeo de las mejores cervezas artesanas canadienses –sí, zaragozano−, dos
finalistas en el concurso de tapas, nuevo premio para nuestro mejor sumiller,
Guillermo Cruz −¿le recibirán algún día las autoridades?−,…
Ahora, en campaña, nos recordarán la importancia vital de la
agroalimentación en Aragón. Pero a nadie hemos visto esta semana en Madrid. Es
lo que hay. Y se siente.