[Artículo publicado por el director de GASTRO
ARAGÓN en EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, del viernes, 11 de octubre]
Ciertamente, el ministro Montoro
es un chollo para los periodistas. Sus audaces
comentarios, por denominarlos de alguna manera, dan pie a numerosos artículos y
columnas. Y desde aquí, dada nuestra relación –ya saben, lo del iva− no vamos a
desaprovechar la ocasión.
Lo sentí en la radio, y uso la palabra porque uno no ha podido constatar
la transcripción en ningún otro lugar, incluida la red. Sentí, pues, que
utilizaba a las aceitunas como ejemplo de pujanza de nuestras empresas,
especialmente en el exterior. Llegó a decir –eso sentí−que no había menú fast
Food en el que faltaran aceitunas, sevillanas por cierto. Ignoramos que
entiende este ministro por comida rápida –si ha de ser como su percepción de
los sueldos españoles…−, pero jamás jamás, en MacDonald’s diversos, pubs
británicos, bistrots franceses o tabernas alemanas, el firmante se ha
encontrado con un platillo de aceitunas sevillanas.
Son, evidentemente, un buen
producto, igual que las nuestras, negras como el carbón, sabrosas como el
aceite, que no se dignó citar. Pero de ahí a que supongan un signo de la
recuperación económica que solo ellos ven va todo un mundo. Salvo que se use
como ejemplo de I + D + i, ya que también vienen rellenas de anchoa, pimiento e
incluso pepinillos…
Léase el ministro los datos que
ofrece su administración. Exportamos alimentos sí, mas poco elaborados. De
hecho, hemos tenido que importar aceite de oliva y vino para cumplir nuestros
compromisos exportadores. Algo que indica nuestra posición en los mercados
internacionales: graneles, precios baratos, competencia interna por precios
baratos, etc.
Seguimos sin saber vender
alimentación. Incluso las tapas, uno de nuestros activos, nace sin defensa de
marca. O transformamos –aquello del sol de España embotellados− o jamás
exportaremos. Constátelo, ¿de dónde viene la mahonesa de bote que compró en el
super? Salsa, por cierto, inventada aquí, en la isla de Mahón.
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