La empresa Floresta Algairen
propone cursos, degustaciones y jornadas
para promocionar la ‘tuber aestivum’
Trinidad Usón, con sus trufas estivales. |
Foresta Algairen, empresa centrada en la comercialización de
la trufa, está apostando decididamente por la de verano, la tuber aestivum, poco conocida y mayormente
silvestre. Así, su responsable y vicepresidenta de la Asociación de
Truficultores de Zaragoza, Trinidad Usón, ha dado conocer
una campaña para promocionarla en Zaragoza.
Degustaciones en comercios, como la que habrá el próximo
jueves, 14 de julio, en La Alacena de Aragón −Don Jaime I, 38. Zaragoza. 644 962 200− y
diferentes actividades formativas conforman el núcleo de la oferta, junto con
unas jornadas gastronómicas, con la participación de diferentes
establecimientos zaragozanos, como La Olivada, La Ternasca, Cancook, Urola,
Gayarre o Torreluna, además de Saboya XXI, en Tarazona.
Magníficos ejemplares. |
Ademas, el 27 de julio, a las 20 horas, habrá un curso sobre
trufa de verano en La Zarola. Y charlas
sobre truficultura en la Feria Agroalimentaria de Vera del Moncayo, el sábado,
23 de julio.
Tuber aestivum, la gran desconocida. |
Gran desconocida
La tuber aestivum es
una gran desconocida, al menos frente a la melanosporum,
más promocionada y cuidada. Quizá debido a las falsificaciones y
triquiñuelas que hacían pasar a una por otra, se han minimizado los valores de
la estival.
Dado que tiene un precio medio de unos 250 euros, frente a
los 700 de la negra, «la trufa de verano es una excelente oportunidad para
acercarse a su cultura. En el resto de Europa es muy apreciada», explica
Trinidad, que está potenciando su presencia en tiendas especializadas. Siempre
limpia y tratada con ultrasonidos, tal es la política de su empresa,
individualizada en estuches y lista para su consumo.
Además, insiste, «su fomento incrementaría el turismo rural
en la comunidad, además de contribuir al desarrollo del campo aragonés». Aunque
Aragón es el mayor productor del mundo de la Tuber melanosporum o trufa de invierno, la de verano es
prácticamente desconocida para la mayoría de los aragoneses. Las dos son hongos
hipogeos −fructificación de un hongo subterráneo−, crecen en los mismos nichos
ecológicos y pueden ser recogidos en la misma trufera, pero en periodos
diferentes. Aunque la de verano «produce antes y bastante más que la negra»,
insiste Trinidad. Y asegura que «debido a su gran plasticidad ecológica, este
hongo, sería una gran alternativa de cultivo en aquellos lugares en los que no
se dan las condiciones óptimas para la melanosporum. En muchos lugares de
Europa, está ya muy extendida la producción de tuber aestivum, mientras que en
España, se cuentan con muy pocas hectáreas cultivadas y menos aún que den
trufas».
Conocida también como trufa de San Juan o trufa blanca,
ofrece una menor intensidad aromática, con recuerdos a frutos secos, avellanas,
tostados… Pide poco calor en la cocina, se puede congelat –igual que la negra−
y tan solo hay que preocuparse por mantenerla seca, con mayor duración que la
melanosporum.
Cristian Yáñez preparó tres espléndidas tapas. |
Durante la presentación, el cocinero aragonés Cristian Yáñez,
propietario de La Ternasca, ha preparado un Ravioli de borraja con brandada de
bacalao y trufa confitada en aceite a baja temperatura, un Trigoto de Ternasco
de Aragón al estilo tailandés ligado con trufa, y un Lingote de rabo de vaca
con patatas confitadas y salsa de Oporto, trufa y foie. Que han estado
acompañados por los vinos de Bodegas Obergo, DOP Somontano, distribuidos en
Zaragoza por Más Que Gastronomía.
Ravioli de borraja con brandada de bacalao y trufa confitada en aceite a baja temperatura. |
Trigoto de Ternasco de Aragón al estilo tailandés ligado con trufa. |
AñadiLingote de rabo de vaca con patatas confitadas y salsa de Oporto, trufa y foie. |
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